Mandos intermedios: receta contra el mal de altura
Los grandes alpinistas saben que uno de sus principales desafíos para ser efectivos es no sucumbir al mal de altura. En mi labor profesional he tenido la suerte de haber trabajado o colaborado con varias tipologías de mandos intermedios. Unos han escalado desde la base, como emprendedores, otros también desde los cimientos, etapa tras etapa, con la ayuda de un equipo o sin él. Otros (los menos) han tenido la suerte de llegar a los campamentos base cercanos a la cima, como paracaidistas. Todos ellos se han visto obligados a pasar de ejecutar un trabajo, a aprender el arte de saber cómo encargarlo a los subordinados en un espacio de tiempo. Todos han tenido que superar (y algunos aún lo padecen) el mal de altura.
¿Cómo debe ser un buen mando intermedio?
A pesar de meses de convivencia, no es siempre fácil saber distinguir al alpinista efectivo que progresa y hace progresar a la organización, al que se conforma con acceder a una cima de 1.500 metros, o al que está constantemente aquejado de mal de altura.
EN EL PUNTO DE MIRA
Los mandos intermedios están hoy en día en el punto de mira de las Organizaciones. Ellos son los que hacen que las cosas sucedan. Su posición es clave en el sistema de trabajo. A ellos les corresponde planificar, ejecutar y controlar a los Equipos. En definitiva, son la piedra angular del desempeño de la Organización.
Se trata de una posición sujeta a fuertes presiones, que debe canalizar la estrategia, asumir los objetivos y conseguir que los Equipos lleven a cabo una actuación orientada a las metas.
Pero al mismo tiempo, son los que más conflictos tienen, asociados al desarrollo de su función.
EL MAL DE ALTURA
Por mal de altura, entendemos aquellos elementos que dificultan la gestión de Equipos Efectivos, y que hacen que el progreso del trabajo sea más lento, difícil y con un mayor desgaste emocional por parte del mando intermedio y de su Equipo.
LOS CIMIENTOS DEL MANDO INTERMEDIO EFECTIVO
¿Qué es lo que hace a un responsable conseguir mejores resultados de su Equipo que otro?
Mi experiencia en consultoría y formación me indica que son seis los elementos que deben permitir al mando intermedio afrontar con éxito sus los derivados de la ejecución de la estrategia.
en todo momento de un foco hacia el mercado y la satisfacción del Cliente.
1. MERCADO
La excelencia en el mando intermedio se inicia con un fin en la mente, o mejor dicho una conciencia. Dicho fin es que sea cual sea la función, la aportación del mando intermedio deberá constituir una generación de valor que el mercado pueda apreciar. Y además que el desempeño debe ir acompañado
2. CONOCIMIENTO
La siguiente etapa es la de escalar sobre la base del conocimiento.
El perfil de un mando intermedio, frecuentemente es el de alguien que conoce muy bien su área de actividad, negocio, proceso operativo, o su sector, y estos conocimientos le han permitido acceder al escalafón. Es este conocimiento que le permite mejorar procesos existentes e incorporar procedimientos ya probados o best practices efectivas.
3. COMPROMISO
En el actual contexto de mercado, tan solo con empleados comprometidos se pueden obtener resultados que generen mayor valor empresarial.
En los valores está el origen de nuestros sentimientos. A la vez los comportamientos reflejan nuestra inclinación hacia unos u otros valores.
El compromiso debe estar fundamentado en una doble identificación y coincidencia entre los valores corporativos (formalizados o no) y los valores personales.
4. LIDERAZGO
Hunter establece una definición ya clásica de liderazgo basada en la capacidad de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común de un Equipo.
Por lo tanto, el mando efectivo deberá realizar su ascensión a la cima sabiendo satisfacer las legítimas necesidades de las personas. Para ello deberá saber escuchar y valorar las opiniones del Equipo, y será fundamental tener la suficiente dosis de sensibilidad para identificar los problemas de las personas bajo su mando. Ello no significa darle a las personas todo lo que quieran, sino ser capaz de hacerles evolucionar como personas y como profesionales.
“El Management es una ciencia, el Liderazgo es un Arte”.
5. PROCESOS ORGANIZATIVOS
Un buen mando intermedio debe además tener a su alcance las adecuadas habilidades organizativas y de planificación y de los adecuados procesos para facilitar la labor de los integrantes.
Un gran líder con visión, pero sin procesos puede hacer que su equipo se desmotive ante el desorden y la descoordinación. Coordinar no consiste solamente en “hacer hacer”. El proceso de delegación tiene las siguientes fases.
Además, el mando intermedio deberá apoyarse y fomentar tanto los procedimientos como los sistemas de control de los mismos.
6. EL DESARROLLO DEL SENTIDO DE EQUIPO
El mando intermedio debe comprometerse con desarrollar un sentido de Equipo, fundamentado en elementos expresados anteriormente, y además deberá saber en qué situación en cuanto a madurez, conocimientos y compromiso se encuentran los integrantes del Equipo, para desarrollar la respuesta directiva adecuada.
No podrán nunca ser dirigidas de la misma forma personas con muy poca experiencia en el puesto, personas jóvenes o un equipo con mucha experiencia.
En el primer caso, las necesidades de seguimiento y de estructuración de las tareas y funciones serán mucho más fuertes, mientras en el segundo la preocupación del directivo será la de mantener la cohesión, y la motivación interna centrando más en la supervisión del resultado que en la ejecución de la tarea.
LA RECETA FINAL CONTRA EL MAL DE ALTURA
Entre los alpinistas, igual que entre los directivos, encontramos a personas con condiciones innatas excepcionales mientras otras las han adquirido con mucho sacrificio y esfuerzo.
Pero en todos ellos la verdadera fortaleza reside en su interior, en su auto-confianza y en su capacidad de visualizar la cima y organizar los esfuerzos hasta ella. Ambos deben contar con sus equipos para acceder a las cotas más altas de realización.
El conocimiento legitima al líder, tanto en una ascensión a una cima como en una organización. La visión compartida fundamentada en los valores ayudará a cohesionar a los Equipos y a articular el compromiso. Los procesos organizados permitirán la ejecución de las tareas.
Al final, el esfuerzo y la superación habrán sido indispensables para el éxito, pero no suficientes.